"La rabia y sus días", libro de cuentos de Oliver Guevara por Vicente Acosta.
La rabia y sus días
Trece cuentos de Oliver Guevara
Leer La rabia y sus días nos aparta de las propias voluntades. Nos sitúa en un
plano que contamina de presencias, en la enramada de vocablos abasteciéndonos
de mundo y desencanto. Más allá del punto final, las historias se prolongan, por
eso nos vemos apurados de silencio, para escuchar las objeciones de los muertos,
los ecos que se alargan y se bifurcan.
Hay en la narrativa de Oliver Guevara una apuesta seria, alejada de las
tendencias, experimentos, y manifiestos memorizados. Su literatura no posee
ataduras ni anclajes geográficos, pues en cualquier parte que se lea, juega de
local. Escrita en su mayoría en primera persona y presente simple, la prosa de La
rabia y sus días avanza a un ritmo sin prisas, al paso de un mastodonte o acaso
de una caravana luctuosa. Ambientada en los centros urbanos de nuestros
tiempos, con sus tumores industriales y sus canales de desechos fecales en
continuo flujo, marcando el pulso de una ciudad que se muere. Vemos a los perros
de calle sin hallar sitio, moviéndose libres a través de los trece cuentos,
olisqueando el desperdicio para encontrar con qué pasar el día.
Los personajes son trazados a través de la cotidianidad que los aplasta,
una perpetua y cambiante epifanía en el sentido descrito por Joyce. Desde la
visión de aquellos niños que, al encontrar un cadáver desmembrado ensamblan
los espacios perdidos de los hechos, y aún del cuerpo, a partir de sus propias
fábulas, hasta el reportero de nota roja que sin darse cuenta se ha vuelto un frágil
engrane bajo la maquinaria del crimen organizado. Pasando por las historias que
se enmarcan por los lazos sanguíneos, cuentos tales como Umbilical, Ñoto, Sarna,
Sin espinas, o La noche de los primeros días, donde en este último podemos ver a
dos hermanos deshaciéndose de los objetos inservibles que su madre acumulara
por años, antes de perder por entero el juicio. Fluye en esta y otras situaciones
una constante anagnórisis, que flota y se sumerge ante la ceguera voluntaria de
sus protagonistas. El marco familiar, las tareas estériles, y lo absurdo de la
supervivencia revelan una atmósfera de una cotidianidad siniestra y poética, que
nos hace rememorar los constructos de Francisco Tario o Sergio Galindo.
Entretejida por líneas de crimen, ira, y pánico, su estilo hace a un lado el
uso de las descripciones sangrientas o de crueldad gratuita, y logra conmocionar
sin golpes bajos. La rabia y sus días habla en lenguas universales, las que más
nos duelen y con las que mejor nos entendemos: el desencanto y la violencia. El
total de la obra se presenta ante nosotros como un espejo lacaniano, donde
vemos con fidelidad nuestro rostro, el rostro del hombre del siglo XXI, infante que
no termina de reconocer su imagen.
Oliver Guevara (San Luis Potosí), es autor de Lagaña de perro, libro de relatos con el que obtuvo una Mención Honorífica en el Premio Nacional de Cuento Bellas Artes San Luis Potosí 2012. En 2011 publicó el cuaderno de poesía Sed de alba. Estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Durante una década se desempeñó como periodista de la nota roja. En el año 2014 ganó el Premio Manuel José Othón en poesía con el libro Mecánica de la materia. Fue becario del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico en el año 2015. En 2018 obtuvo el Premio de Literatura Manuel José Othón de narrativa con el libro La rabia y sus días.
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