El poemario Miradas de Ángel Collado por Saúl Castro

 Miradas de Ángel Collado

por Saúl Castro


En poesía, el hallazgo afortunado nunca suele ser democrático, pero si su registro. La

atenta mirada muchas veces tiene una carga más sustancial de poesía que el mismo

poema. La búsqueda aquí se vuelve imprescindible, aunque no necesariamente

memorable. Cabría la pregunta: ¿valdría la pena?

La potencia muchas veces no reposa en la métrica, ni el vigor de los versos en la referencia

académica. La poesía es vida.

Ángel Collado parece encontrarse en ese punto.


Donde voy a dejar un poema que te he escrito…

He querido ponerlo impreso

en propagandas que pegan

por fuera en los camiones…

No es que sea importante

no está escrito en alejandrinos

ni percibo que pueda ser punta de lanza

de una nueva corriente...

habla de amor en forma natural

dice cosas de simple manera

parecido a una rosa

que abre los pétalos de hoy y mañana seca…


Hay algo tan natural en su poesía, como natural es el habla, el enojo, la tristeza y el amor.

La elaboración del poema tiene su eje en la verdad de la mirada, en el propio

deslumbramiento del acontecimiento, objeto o reflexión. El filtro es el ojo atento del

poeta: “Si algo puede ser atesorado ahí estará” -dice Collado.


Para un lector ávido de novedades, no parecerse al discurso imperante suele representar

un riesgo absurdo. Y es que, muchas veces los modelos de la poesía contemporánea

parecen ser antes una elección del éxito que una elección de la misma poesía.

La construcción del discurso entre los lectores ávidos de novedades se llega a confundir

con la exploración sintáctica del fonema y la estructura gramatical contestataria. Así, los

marcos referenciales del fenómeno poético no pocas veces se limitan al simple discurso

incomprensible para justificar la incomprensión de sus propias lecturas, la incomprensión

de su propio oficio y la incomprensión de su propio talento.


La de Collado es una apuesta diferente, es un riesgo. La novedad queda en un segundo

plano cuando se guiña de manera contundente a la auténtica poeisis. Una poesía que nace

de la auténtica necesidad sobre lo dicho, lo vivido, pero -preponderantemente- lo

asumido por el mismo poeta.


Abrí la tierra para sembrarte

como quien siembra un árbol

y mis ojos te regaron para que

renacieras


Abrí los libros como si fueran días

para buscar en ellos sabiduría

y desde mi ventana sentí tu risa


Abrí la tierra, mis libros, los brazos

como si fueran ramas donde posarte

y se llenaron de primaveras

llenas de frutos y supe entonces

que volverías

convertida en árbol,

convertida en libros,


convertida en pájaros.


No sorprende que en la portada de este pequeño volumen aparezca el rostro del poeta.

No hay en esa imagen ninguna otra pretensión que advertirnos de una poesía ajena a la

construcción superficial de las emociones y a una fantasía de ars poética.


Uno está en peligro todos los

días de convertirse en aquel

que los demás aceptan y desean


Así sentencia.


La poesía de Collado tiene un riesgo inherente, pero necesario. La poesía de Collado más

que un proyecto es una paciente y clara construcción, es una invitación a la vida a través

de la búsqueda de la palabra que registre el punto de origen, el silencio, el amor de la

madre y la pareja, aquello que al parecer hoy en día suele representar un riesgo absurdo.








Semblanza Ángel Collado

Ángel Collado Ruíz (La Habana, Cuba. 1956). Profesor de Dibujo. Tiene publicados los

libros, “letras esquivas” 2009. “Tríada” 2011, Editorial el Taller del Poeta, España.

“Amordasílabos” 2012. “Amaradentro” Editorial El Taller del Poeta, España. “El Sentido de la

Luz”. Editorial El Taller del Poeta, España. Parte de su obra ha sido traducida al portugués.

Perteneció al Taller Literario del Museo Nacional de la Máscara de San Luis Potosí. Es

Coordinador de la iniciativa 100 Mil Poetas por el Cambio San Luis Potosí y miembro del

Movimiento Poetas del Mundo.



(Ángel Collado, foto de Facebook)







Saúl Castro Tapia (1978) Lic. en Ciencias Políticas y Administración Pública. Premio

Nacional de Poesía Joven “Salvador Gallardo Dávalos”, 2002; Premio “Manuel José Othón”

de Literatura, 2004.

Ha publicado La materia del presagio (ICA, 2003), El arsenal y la defensa (Ed. Verdehalago.

2007), Nombrar el paraíso (Ediciones del Ayuntamiento de San Luis y Ediciones Sin

Nombre, 2008).                          

Ha sido Coordinador de Literatura en el Centro de las Artes de San Luis Potosí, Coordinador de Literatura en el Instituto Potosino de Bellas Artes y docente en diversas instituciones educativas. Actualmente es subdirector de la Biblioteca Central del Estado.

 


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